El santuario de nuestra señora de Cabo Espichel, situado en el punto más occidental de la costa de Sesimbra, supone un conjunto arquitectónico civil y religioso único, que conjuga la monumentalidad de la edificación con la inmaterialidad de la devoción religiosa. Está compuesto por la iglesia, hospederías, la Ermita de Memória, la Casa de la Ópera, en ruinas, Hortas dos Peregrinos, Casa del Agua y el acueducto. El encuadre paisajístico de este monumento, en un altillano que termina en acantilados que dan al mar, lo hace aún más monumental.
La Ermita da Memória, elemento central del Santuario, situada en la cima del acantilado sur que da a Bahía de Lagosteiros, señala el lugar, donde, según la leyenda, apareció en 1410 la imagen de la Virgen que dio origen al culto de Nuestra Señora de Cabo Espichel.
La gran afluencia de peregrinos al local, reglada por la constitución, en 1432, de la cofradía de Nuestra Señora del Cabo, llevó a que, entre 1701 y 1770, fueron erigidas las principales edificaciones que hoy componen el complejo arquitectónico: La Casa del Agua, que data del 1770 es abastecida por un acueducto, la Iglesia, edificada entre 1701-1707, en estilo suelo, dos alas de hospederías construidas posteriormente en 1715 y ampliadas entre 1745-1760 y la Casa de la Ópera, de finales de mil ochocientos.
Con las invasiones napoleónicas, el culto entra en progresivo declive, complicado y bloqueado, por diversas obras de restauración realizadas a lo largo de las últimas décadas.
Actualmente, el culto en el Santuario de Nuestra Señora de Cabo Espichel, se encuentra vivo, debido principalmente a las celebraciones de cirios de Azoia. Palmela y Sesimbra, cuyas festividades se realizan en los meses de marzo y abril, y agosto y septiembre, respectivamente. Su recuperación para fines turísticos, salvaguardando siempre su composición religiosa, está programada para los próximos años.