Una costa con un millar de paisaje - De Lagoa a Meco
La Lagoa de Albufeira, el más profundo de Portugal, es el comienzo de una gira por la costa de Sesimbra. En el interior, las aguas tranquilas son perfectas para el kitesurf, paddel o canotaje. En el extremo oriental, las lagunas de la Estacada y la Pequeña son lugares de gran interés ambiental y para la observación de aves - birdwatching.
De Lagoa a Meco
La travesía comienza en el punto más al norte de la costa de Sesimbra, en el borde de la playa de Fonte da Telha, en el municipio de Almada. La gruesa arena y el mar picado, en contraste con las aguas mansas de Lagoa de Albufeira son fáciles de diferenciar. Considerado como el más profundo de Portugal (llegando a 15 metros de profundidad), se divide en tres cuerpos de agua; lagoa grande, pequena y estacada, completando un área de 1.3 kilómetros cuadrados.
Unos minutos después de la salida, la extensa playa de arena se interrumpe en el sur por la ¨boca¨ de la laguna, una apertura hecha todos los años en primavera para que el agua del mar pueda discurrir e inundar este gran lago regenerando sus frescas aguas traídas por los ríos Apostiça, Ferraria y Aiana. Aquí, las corrientes son tan fuertes y traicioneras que deben ser cruzadas con gran cautela.
Es en el sur de este emplazamiento, es donde los vacacionistas se reúnen, tanto en los bancos de Lagoa, cuyas aguas mansas son los deleites de niños, y en el mar, donde las olas son perfectas para surfear.
A pesar de que somos una de las áreas más importantes de Europa para el avistamiento de aves, en el cielo también se pueden apreciar cometas de distintos colores, un deporte joven que ya cuenta con campeones europeos junior de esta zona como Rui Pedro Meira, hijo de Rui Meira, campeón nacional de windsurf. Rui comenzó a seguir los pasos de su padre, pero la adrenalina de volar fue más fuerte. La familia lleva una escuela en el lugar, que cada año da la bienvenida a cientos de estudiantes. Cerca, en verano, se halla una biblioteca de playa, donde muchos vacacionistas se ponen al día con sus lecturas.
Destino Meco
Habiendo escalado la duna y dirigiéndonos al sur, hacia Meco. A medida que nos vamos alejando de la laguna hay menos y menos bañistas y de repente la playa está desierta. Tras unos minutos andando a un buen ritmo se empiezan a notar los contornos de la playa de Meco. El pueblo del que recibe su nombre se halla a seis kilómetros de distancia, pero fue el nudismo el que le supuso su reconocimiento nacional e internacional. A unos 20 minutos del lugar nos encontraremos con los primeros bañistas, propiamente vestidos. El nudismo se encuentra actualmente reservado a la zona más al sur, en Rio de Prata, una de las primeras playas del país en recibir la clasificación naturista.
Meco
A lo largo del acceso a la playa se hallan algunos barcos tradicionales. Los pescadores hablan alegremente admirando el mar, esperando al momento apropiado para lanzarse con la Xávega, redes que son posteriormente arrastradas por tractores. La bandera azul, en el centro, hace referencia a la calidad del agua, la arena y el equipamiento. Debajo, sombreros situados en tres filas simétricas son ya una imagen marca de la playa. Entrevistando a los bañistas intentamos que identificasen una de las muchas figuras públicas que eligieron para unas bien merecidas vacaciones, pero con poco éxito
Discretamente a lo largo del rio Prata
Discretamente, nos adentramos en el área naturista y fácilmente nos damos cuenta por qué fue elegida esta ubicación. Se encuentra lejos y aislado del acceso principal otorgando con ello cierta privacidad, aunque se cuentan muchas historias de voyeurs provenientes de diversos sitios. Los acantilados, llegando a medir más de 20 metros de altura, esconden tesoros prehistóricos como dientes de tiburones gigantes, que se suelen hallar tras las lluvias. Son también dignas de aprecio las venas de arcilla gris oscura que muchos aseguran que son capaces de curas milagrosas y que suelen untarse por el cuerpo.