Una costa con un millar de paisajes - La costa orientada al sur

Una costa con un millar de paisajes - La costa orientada al sur

Después de "doblado" el cabo, hay pequeñas calas escondidas en las rocas, que pone de relieve una de las playas más bellas de Portugal - Ribeiro do Cavalo. Continuando, se llega al Puerto de Abrigo, que da la bienvenida a la Bahía de Sesimbra, marcada por los arenales de las playas de Ouro y California y de la Fortaleza de Santiago, al centro.

Tras sobrepasar el Cabo, dirección sur

A medida que progresamos y empezamos a notar el contorno de una formación rocosa que se parece un gran escalón sobre el mar, Chã de Navegadores, también vemos el contorno de las antiguas estructuras de apoyo a los marcos de pesca que existieron a lo largo de la costa. Más allá se levanta el muro del fuerte de São Domingos da Baralha, construido en el siglo diecisiete. Que, aunque severamente derruido, su grandeza sigue impresionando.

Buscando a Baleeira

Tras una pequeña parada, volvemos al camino y continuamos hacia el punto de salida de la ruta. Giramos hacia el oeste, dirección Azioa, en busca de la playa de Baleeira. Sin un guía probablemente no seríamos capaz de encontrar el camino, pero de esta manera, llegamos inmediatamente, esta vez con una vista paradisiaca como telón de fondo. Las aguas cristalinas, la playa de pequeñas piedras blancas, las rocas negras y la vegetación nos hacen sentir en armonía con la naturaleza. El lugar es perfecto para otra parada, pero en esta ocasión con un baño refrescante.

Arriba hasta Ribeiro do Cavalo

La escalada es naturalmente dura. Volvemos a la calle Baleeira, dirección Azoia. Debajo, en la base del acantilado, otras playas pequeñas de gran belleza se hallan escondidas de la vista como Nova Baleerira and Cremesines, pero resistimos la tentación. Nos dirigimos hacia abajo a Vale do Cobo, donde encontraremos la senda que nos llevará a las playas de Vale do Cobo, Penedo, la única con arena negra, Inferno y Cova da Mijona. Debido a la fatiga y la hora paramos para observar y descansar.

Continuamos hacia el este porque sabemos que estamos cerca de Ribeiro do Cavalo, una de las playas más hermosas. La arena blanca y el agua turquesa son como fotografías que nos dan la sensación de estar en un destino tropical.

La bahía de Sesimbra

El agua es de nuevo una invitación, pero preferimos subir por la carretera que da a Sesimbra. 500 metros más tarde vemos la bahía. Nos acercamos al puerto y seguimos avanzando. Al lado de Monte dos Vendavais, aparece la playa de Ouro, que, junto con la bandera azul, despliega el símbolo de playa accesible y de calidad dorada. Es una de las playas más demandadas especialmente por familias con niños. Los mas ancianos tienen un dicho sobre que en Sesimbra el mar protege a los más pequeños. El Fuerte divide la playa, y en el este, el nuevo asentamiento da a la playa de California con la cuarta bandera azul del municipio.

El acantilado más alto

Para continuar a lo largo del mar deberíamos andar hacia arriba hasta la carretera de Argéis y entrar a través de un terreno sinuoso en Serra do Risco, que nos llevará hasta Calhau da Cova, caleta donde se hallan rastros de cobertizos de pesca y trampas para pescar. Un poco más allá nos encontraremos con el acantilado marítimo más alto de Europa. Es en este punto donde acaba la costa sur de Sesimbra que mide exactamente 26.701 kilómetros de largo. Debido a que es un camino muy difícil, decidimos posponerlo para otra excursión y permanecer en la playa de California donde el mar era irresistible. 


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